lunes, 23 de febrero de 2009

Wellcome


Las cosas no suelen ser como uno se las espera...
Con mi vuelta a España,me esperaba el ovido de algunos, y el abrazo de otros, y la realidad fué totalmente diferente.
Me volví a encontrar con ese hombre de quince años, con aspecto exterior de uno de 50, que es inamovible, y entendí porqué cuando huyo, acabo a su lado. Él, el mismo que me da tanto quebradero, es inamovible, se resiste a cambiar y a crecer,por mucho que cambie el medio, el permanece con su vida de adolescente.
Me he sorprendido a mi misma refujiandome en mi casa, sin ganas de salir, sin ganas de contar, sin explicar, agobiandome las preguntas de quien sabia donde estaba y venia a buscarme o me llamaba para confirmar que esaba donde ellos creían.
El abrazo que esperaba en algunas ocasiones no llegó, y la verdad, casi creo que ni me importó. Sabía que todo era diferente, o quizá demasiado parecido a lo que había a la hora de mi marcha, nada se detiene por mucho tiempo que tu te marches o por mucho que aparques algo.
La sorpresa vía telefono llegó al dia siguiente del aterrizaje en Barcelona. A sabiendas de que alguno me habria echado al olvido, mi movil empezó a sonar con un numero que mi movil o habia borrado o nunca habia registrado, al otro lado, y entre el sonido del bar, adiviné una vocecilla nerviosa...hola chiquita, como estas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario